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¿Debemos poner en forma nuestra cadena de suministro?

Estar en forma es sentirse bien y ser capaz de llevar a cabo el día a día sin notar molestias ni agotamiento. En las personas se asocia con  no padecer de dolores musculares, minimizar las molestias que podamos tener y encontrar armonía entre nuestra mente y nuestro cuerpo. En las organizaciones la situación es similar, y buscamos que la empresa sea capaz de seguir el ritmo del cliente sin estrés corporativo, con la menor cantidad de esfuerzos que no agregan valor, con un clima laboral saludable y con una plataforma de soporte sólida. Para ello es muy importante moverse con flexibilidad, soltura y rapidez.  

Las empresas, al igual que la sociedad, se están enfrentando a un proceso acelerado de cambios producto de la globalización. La relación comercial entre empresa y consumidores se encuentra a un “click”, lo que hace que el consumidor también espere que los productos le lleguen con la misma rapidez. El ritmo al que se está produciendo esta transformación nos lleva a pensar que estamos viviendo una auténtica revolución en la cadena de suministro, siendo la consigna de las empresas: “Cambia y adáptate con velocidad”  para no perder competitividad. 

La velocidad de la cadena de suministro en nuestros días se logra a través del uso de tecnología que permita (i) reducir  inventarios, (ii) reducir  costos operativos y  (iii) mejorar el servicio al cliente.  

Para la reducción de inventarios es fundamental contar con una plataforma única que comparta la demanda de nuestros productos brindándole visibilidad a la cadena de suministro,  que a su vez permita hacer un planeamiento táctico y operacional mediante estimaciones de demanda, conformadas  por un componente de futuro (pronóstico) y un componente pasado (ventas históricas). Cabe precisar, que existen productos que por sus características no son fácilmente estimables,  en cuyo caso se utiliza información como  tiempos de reposición, ventas diarias, niveles de servicio deseados para hacer los cálculos de máximos y mínimos y puntos de reposición.   

Respecto a la reducción de costos operativos encontramos que el costo logístico representa aproximadamente el 10% de la venta, sin considerar el costo de comprar. Existen diferente formas de llegar a reducir costos operativos: i) A través de la  automatización, tanto en la ejecución como en la captura de información; ii) La subcontratación de empresas especializadas. “Pagar por conocimiento resulta caro pero el no tenerlo nos puede arruinar el negocio” (Land Rover 2001); iii) Filosofías de mejora continua, donde las empresas ágiles generan reuniones de evaluación y revisión, tanto a nivel laboral, como a nivel humano o grupal; iv) Elaboración de alianzas con proveedores, entre otros.   

Finalmente, la velocidad en la gestión de la cadena de suministro es traducida en menores tiempos de respuesta a la demanda, que repercute en un incremento de la satisfacción del cliente y una mejor percepción de valor, que deberían redituar en mayores ventas para la empresa. Para lograr esto es necesario disponer de información enfocada a la administración y  conocimiento sobre el mercado y tendencias de los clientes con la finalidad de establecer estrategias (Business Intelligence). 

Al respecto, existen testimonios de empresas que afirman que la utilización de este tipo de herramientas tecnológicas en las decisiones de la cadena de suministro ha aportado: 

  • Mejoras Exactitud Pronósticos  18 – 25% 
  • Incremento de Ingresos 10 – 15% 
  • Incremento de Despachos a Tiempo  10 – 50% 

Sin embargo, ¿La Tecnología por si sola es suficiente? Corresponde precisar que la tecnología es una herramienta que debe estar enfocada en las empresas a reducir la operatividad, dejando a los colaboradores en la función de “hacer información” para tomar mejores decisiones. Para su correcta aplicación  es importante entender el flujo de los procesos en tres planos: físico, documentario e informático, los cuales no necesariamente van a correr al mismo tiempo y su ejecución hoy probablemente sea manejada por personas diferentes en la empresa. 

A continuación, compartiré algunas variables clave que determinarán el éxito de la inversión elaborada (Kent Beck, pionero en patrones de diseño de software): 

  • Los individuos y su interacción son más importantes que los procesos y las herramientas. 
  • El producto debe funcionar por encima de contar con documentación exhaustiva. 
  • Más allá de los contratos prima la colaboración con el cliente. 
  • Contar con respuesta al cambio, por encima del plan.

Finalmente algo muy importante a tener en cuenta: El capital humano es su aliado estratégico y debe ser entrenado para que su inversión no termine siendo un gasto. 

Fuente: artículo elaborado por Carmen Bueno / Gerente de Consulting / Yobel SCM.

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